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Revista de Poesía y Arte ISSN 2735-7627, Invierno, Año 4. Nº10, julio 2023

Arriba en el árbol hay piñas

Arriba, en el árbol, hay piñas.
En el corazón, abajo, sueños y sonidos.

Y nuestros zapatos, boquiabiertos y aparte,
también ven el cielo Una carretera llegó

casi hasta aquí – pero considerando
la escasa eternidad que la amada y el amado

encontraron aquí, no lejos de su vida cotidiana,
dio un rodeo y los dejó.

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Si volviese a caer el diluvio del cielo,
nos llevarían al arca con todas las parejas –
elefante y elefanta, ratón y rata,
todo lo impuro y todo lo puro.
Noé nos protegería, nos envolvería
como un brote de vid para el buen mundo.
*
Como dos asociaciones en una sola cabeza.
si me recuerdan, tú serás recordada
Somos como dos bombillas en la lámpara.
yo solo o tú sola, demasiado oscuros para leer un periódico,
demasiado luminosos para dormir.
Pero encendidosjuntos – es una fiesta de luz,
apagados juntos – una noche negra

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Como el arco de una vieja ventana,
desde el alféizar subiremos desde aquí y aquí.

Subiendo juntos, uno frente al otro,
uno hacia el otro tenderemos.

Hasta que en la clave juntos
encontremos el reposo – una frente común.

Siempre veremos, sobre un alféizar – flores.
Y más lejos – los caminos

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Tú eres el parque de la ciudad,
sujeto a ella y de ella, protegido por el muro.

Yo soy la carretera, que la ciudad desgarra,
y yo mismo no sé.

En ti todos los principios
se transforman en finales buenos y redondos.

Y en mi cada final apacible es una señal de partida.
tu cercania – para mi es una puerta a la distancia.

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Somos como dos piedras, hacia los pies de la ladera
Hasta aquí rodamos. Aquí, un pequeño respiro.
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Un año, dos años o más estaremos tumbados aquí
para ver el paso de veranos y otoños.

Nuestro cuerpo es rugoso, todo él es una cara
para sentir el sol y la sombra de las nubes.

Y debajo de nosotros incluso en verano se conserva
tierra primaveral húmeda, agitada,

removida por un ser negro y no se agneta –
es sólo nuestra y no lo sabe.

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Mira, somos dos números,
permanecemos juntos y nos sumamos

o nos restamos, porque por fin el signo
cambia de vez en cuando.

Fue tan dificil hasta que llegamos
a estar juntos, y también supimos

ser múltiplos de felicidad, también fracciones,
como le ocurre a los números.

También ahora, debajo de nosotros, el mundo es una línea divisoria-
temas, mira cómo al otro lado

de esa línea ha surgido ahora para nosotros
el común denominador.

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Como el agua que fluye de los depósitos
por tuberías negras

y espera, modestamente, dentro
de gruesas paredes la apertura del grifo,

también yo, que vine de lejos,
ahora, cerca de ti, en mi oscuridad estoy retenido,

esperando que me quieras. Y siempre
que me quieras, a servirte

y amarte, como es mi deber,
iré hacia ti desde mi oscuridad.

DEL LIBRO: POEMAS 1948-1962