Amargo y veloz llegó el fin,
pero lento y dulce fue el tiempo que estuvo entre nosotros,
lentas y dulces fueron las noches,
cuando mis manos no se tocaban, con angustia, una a otra
sino, con amor, a tu cuerpo, que las separaba.
Y cuando llegué a tu interior, esa fue la única posibilidad
de medir la gran felicidad
con la precisión de un dolor punzante. Amargo y veloz.
Lentas y dulces fueron las noches,
amargo y chirriante como la arena el tiempo del ahora
“Seamos sensatos”, e insultos parecidos
Y cuanto más nos distanciamos del amor,
más tenemos que hablar,
palabras y frases largas y ordenadas.
Si nos hubiéramos quedado juntos, habríamos
podido permanecer en silencio
DEL LIBRO: AHORA EN EL RUIDO, 1969