Ella nunca comprendió mis poemas

James Joyce se había enamorado de una mujer

Se trata de Nora Barnacle que era una camarera del hotel Finn’s, de Dublín

Y que nunca pudo realmente reconocer la figura de Molly Bloom

Ni comprender las imágenes de Joyce y el viaje de Ulises

Aunque para muchos la propia Nora era también la propia Molly y la propia Penélope

Y así ella terminaba con su monólogo de mujer inventada

Con un sí, siempre con un sí, o como termina la vida realmente con un sí

Que es la palabra más hermosa que puede pronunciar una mujer

Porque realmente yo he sufrido

Porque deseaba destruir la imagen clásica del mundo

Y que mi amante terminara de decirme el propio final de su propia palabra como fin

Para poder disolver la imagen de la realidad en un cuadro de melancolía

Porque al entrar al restaurant ella me dijo: que sería como ideal que una camarera se enamorara de un intelectual moderno

Y que lo importante era amar y no comprender absolutamente nada de mis poemas

Y que ella podía terminar con un sí, iniciar con un sí, que es la palabra más bella que puede pronunciar una mujer

Y queda ese dolor por no pedirlo todo

Al quedarme solamente explicando mi última imagen de un intelectual moderno

Y que una estación del sur no se recorre en un solo día

Ni Temperley es Dublín, ni en mi barrio hay un hotel como Finn’s,

Aunque mi camarera me lo dijo con una claridad extraordinaria

Puedo amarte y no entender nada de tus poemas

Y decirte sí una mañana, que es la palabra más hermosa que puede pronunciar una mujer

Y recorrer el sur como si fuese una calle con su plaza

Y dar la vuelta tantas veces como ocurre con tu barrio

Cuando siempre te pregunté lo mismo

Y que no hace falta que yo entienda tus poemas para decirte sí

Que es la palabra más hermosa que puede pronunciar una mujer

Y que yo puedo llevarte por el mundo sin comprender la menor de las metáforas

Verte con esta boca de tan cerca

Decirte sí de nuevo

Volver sobre el fin con una sola palabra, que es la palabra más bella que pueda pronunciar una mujer

Y yo tratar de terminar este propio monólogo sin que hayas entendido absolutamente nada

Y que me digas que sí

Que yo imagino que me dices que sí

Que yo escribo que sí Que es la palabra más bella que puede pronunciar una mujer cuando te escribo.