Ahora soy yo el que almuerza sobre un mantel de papel en un puerto sin mar
Mucha gente circula mientras el bar se vacía de oscuro
Y los amantes huyen de sí mismos como corresponde.
Sobre ellos hay otros y otros tal vez mañana, que volverán para verse sobre la mesa escrita
Si han traicionado o se defienden de las víctimas y perdidos es poca cosa
El barrio chino ya se abarrota todo como un mercado
Creo definitivamente que mi soledad no se la debo a nadie.
Esa es la prueba de que mis dedos se fijan sobre mi rostro como siempre
Y que al caernos vamos sin querer a un patio central, a un mirador
Primitivos despedidos como cuando ya no existes
Porque ya no existes.
Y me toca hoy a mí escribir sobre lo que amaron otros