Cuando era pequeñito,
se oía en mi pecho un sonido.
Y a medida que crecía,
más grande se hacía el sonido.
Hoy este sonido casi me entierra,
bajo él mi pecho en ruinas.
Este sonido es mi vida y mi alma,
por él el círculo terrenal se estrecha.
(Trad. Ángela Artero Navarro)