Descienden los pies al andar de las horas,
latiendo en silencio bajo el marco de las puertas,
paso, silvestre, paisaje, de antaño.
El pasado cierra las ventanas del ayer.
Toda la vida es un hilo a punto de cortarse,
y así mismo no se parte,
aguardando su momento.
En nuestra memoria están todas las cosas
presentes, pasadas y futuras,
sin que podamos verlas.
Se abren las cortinas de la pieza,
¿y qué es lo que vemos?
Cómoda, armario, cama, cuadros,
libros y ropas tiradas,
en una mezcla imposible de rastros.
La luz contorna los objetos y todos están allí,
esperando ser tocados,
observando el pasar de los días,
la sombra y la luz,
la noche y la luna
para lanzarse sobre la cara de las personas.
Trabajamos incesantemente
para la urgencia que creamos.
El amor se convierte en una elección,
y todo se acomoda bajo el cielo
de las circunstancias.
Optamos por
no ser,
no hacer,
no decir,
no pensar.
Mejor no.
No en el lugar del sí.
Mejor.
(Intemperanças, 2016)