Entro a este bosque como si fuese

aquella casa que abandoné en la memoria

de la infancia

Mis pies abonan el suelo en que la raíz

es carcomida por el fango.

En esta humedad nos hemos

ocultado, sí.

Sobre esta tierra hemos partido

la fruta

Tu mano ha tomado la mía

como si fuese la voluntad de la savia

otorgándome la posibilidad del descanso

en el frío

Los ojos de este bosque son, también,

los tuyos. En ellos veo, aún, el reflejo

de nuestra casa siendo arrastrada

río abajo

Hoja a hoja me hundo

en este bosque que es una orilla

y también es tu cuerpo, jalándome a lo alto

para sacarme el agua toda

de los bronquios

Hoja a hoja te trepo

pues tus raíces beben de mi savia

y arrebatarme quieren

el fuego que expele mi llaga

Trepas por mi cuerpo

como en un ritual de muerte y de castañas

buscas un bosque entero

            besas mis piernas y

                           caigo.