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Revista de Poesía y Arte ISSN 2735-7627, Otoño Año 3. Nº8, junio 2022

Metafísica de los patios

En el patio, mi madre hace cortes en rosales y en pequeños

árboles, y en ellos encaja otras ramas que luego sujeta con

pedazos de tela.

El injerto que se hace en una planta termina por fundirse

en ella, me dice: Ya verás, un día de estos te sorprendo con

una rosa azul, o una guayaba con sabor a cereza.

Algo junta estas plantas y  árboles contrarios, los convocan

quizá  las mismas ansias, coinciden fuerzas y flaquezas: la

suerte de uno es el destino de otro (resulta difícil no pensar

en John Donne).

Me digo, mirando a la jardinera, que, a pesar de las

distancias, los hombres también somos almas contiguas.

Desde la raíz del tiempo nos injertamos unos en los otros.

Nacemos y luego nos fundimos en los tajos del mundo.

Nos agitan los mismos vientos, nos trepan las mismas

hormigas del miedo.

Algunos —sin embargo— nunca dejamos de sentirnos los

frutos caídos de un  árbol que no crece bajo esta estrella.

(2007)