Buscar

Revista de Poesía y Arte ISSN 2735-7627, Año 5. Nº11, junio 2025

4

El Mundo me aleja de la vida.
Me arrebata el tiempo y la fuerza,
me deja indigente.
El Mundo levanta gigantes de ilusión,
extiende manteles de espejismo,
me ofrece manjares que llevan a la desolación.
El Mundo me aleja de la vida
cada vez que golpea mi reloj
hasta hacerlo añicos,
cada vez que me obliga a correr
y a respirar su aire vacío,
el Mundo me aleja de la vida
queriendo hundirme en su desesperación.
¿Adónde vas? le pregunto.
Y se disculpa de no tener tiempo,
para no contestarme el Mundo no tiene tiempo,
y entonces comprendo que el Mundo no sabe adónde va.
Lo único que intuye es que debe correr
aunque sepa que es a ninguna parte,
aunque sepa que las nubes lo observan
y comentan entre ellas la comedia absurda
de un mundo que no sabe de la vida,
que ha olvidado su memoria,
que se desliza por su mente en blanco
hacia el desierto de un tiempo
que se hunde en la tristeza.
El Mundo se aleja de la vida,
pero yo insisto en correr
hacia mí mismo.