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Revista de Poesía y Arte ISSN 2735-7627, Año 5. Nº11, junio 2025

Ensayos y opiniones

La poesía de Winétt de Rokha en el libro "Cantoral" de 1936

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Winétt de Rokha, 1954, fuente: Memoria Chilena

Frío, plano, de exactas dimensiones, / el siglo XX cabe en una cancha de tennis. Tan solo estos dos versos del poema Carcoma y presencia del capitalismo que alguna vez leí en una revista digital, dirigieron mi atención a esta poeta, que si bien conocía por referencias y por haber sido la esposa de Pablo de Rokha, estimularon mi interés en adentrarme con más detalle en su obra y descubrir una poesía innovadora y vanguardista escrita a comienzos del siglo XX. Me pareció interesante que en aquella época, se escribiera un poema de estas características y semejante título. A partir de esta experiencia primera, decidí conocer la obra de Winétt de Rokha a través de la antología póstuma Suma y destino, y en especial, del libro Cantoral que es donde pertenece el poema citado.

Luisa Victoria Anabalón Sanderson, nació en Santiago un 7 de julio de 1894 en el seno de una familia tradicionalista y católica con acceso a la cultura, en especial, a través de su abuelo materno, Domingo Sanderson, quien fue un políglota y gramático, traductor de Ovidio y Safo. Su producción literaria se inicia con la publicación de textos en las revistas Zig-Zag, bajo su nombre real. Posteriormente, en 1915, y bajo el seudónimo de Juana Inés de la Cruz, presentó sus dos primeros libros: Horas de sol y Lo que me dijo el silencio. El año 1917 es incorporada en la antología Selva Lírica (1). Posteriormente publica: Formas del sueño (1927), Cantoral (1925-1936), publicado en 1936 y que incluye el poemario anterior, Oniromancia (1936-1943); El valle pierde su atmósfera (2) (1949), publicado primero como parte de Arenga sobre el arte junto con Pablo de Rokha y la antología Suma y destino (1951), la que  incluye el libro póstumo Los sellos arcanos. 

En 1915, envía su libro Lo que me dijo el silencio al joven poeta Carlos Díaz Loyola quien viaja desde Talca a Santiago a conocerla. A partir de este encuentro, la vida de ambos cambia, convirtiéndose en una pareja con clara identidad poética, asumiendo ambos un pseudónimo común, ella: Winétt de Rokha y él: Pablo de Rokha. Soledad Fariña escribe en la reedición de El valle pierde su atmósfera respecto al impacto de esta unión:

Para Winétt su unión con Pablo de Rokha fue un cambio radical. Inició su militancia en el Partido Comunista y fue considerada como una mujer de avanzada para la época. Junto a Pablo crearon, trabajaron y distribuyeron la revista MULTITUD, una de cuyas consignas era “Por el pan, la paz, y la libertad del mundo”. (Fariña 67).

Construyeron una extensa familia con 9 hijos, algunos de los cuales también fueron escritores y otros pintores, es un ejemplo destacado el caso de Carlos de Rokha recientemente reeditado y cuya obra aún está en vías de ser conocida y apreciada. La dinámica familiar no era fácil en aquellos años, dos de los hijos murieron a corta edad y la opción de vida tomada por Pablo de Rokha de ser el editor, distribuidor y vendedor de sus propios libros, indudablemente influyó en la economía del hogar en la cual Winétt no solo realiza las actividades propias de una madre, sino que además participa en la edición de la revista MULTITUD, en la mecanografía de los libros de Pablo y en el desarrollo de su obra propia. 

En 1944, el presidente de Chile entonces, Juan Antonio Ríos, nombra a Pablo de Rokha embajador cultural de Chile en América, debido a lo cual, la pareja emprende un viaje extenso que comprende diez y nueve países, entre otros Perú, Venezuela, Colombia, México y Estados Unidos, en este último, graban sus poemas para el registro de la biblioteca del Congreso. 

A su retorno, en 1949, Winétt se encuentra gravemente enferma de cáncer, debido a lo cual muere en agosto de 1951. Como homenaje póstumo, Pablo de Rokha publica la antología Suma y destino que incluye casi la totalidad de su obra, incorporando material inédito y las principales críticas y referencias en la prensa de aquellos años. Suma y destino es un libro único de homenaje, es una obra sin precedentes en la literatura chilena, es el trabajo compilatorio de un poeta que pierde a su compañera y le regala al mundo un libro que es mucho más que una antología poética. Álvaro Bisama en su retrato de Pablo de Rokha, Mala lengua, apunta:

Suma y destino es un retrato con voluntad total, inmenso. Pablo quiere atrapar todos los ángulos de su esposa fallecida y la antología es una pirámide, un monumento funerario. Todas las imágenes de Winétt convergen en ella. Todos los retratos de Paschín, de Julio Romo, de Camilo Mori. Todas las variaciones de su obra: el poema corto y perfecto, hecho casi de apuntes de Cantoral; la militancia y extrañeza de los textos que venían en Oniromancia; o sea, todos lo poemas que eran la manifestación de una madurez y una precisión inesperadas; y el marxismo casi alucinógeno y exuberante de El valle pierde su atmósfera, esa espesura americana que también era una forma de opacidad de la lengua. (Bisama 203).

Podríamos afirmar por lo contundente que fue el libro Suma y destino desde el punto de vista de ser una compilación casi total de la obra de la autora y una recopilación de sus críticas; que fue tal vez el punto máximo de visibilidad y fama de Winétt de Rokha de la mano de su atribulado y viudo compañero. No obstante y a medida que esta fuerza iba disminuyendo, por la edad, la tragedia familiar (3) y el encono que para ciertos sectores del mundo literario y social provocaba la figura de Pablo de Rokha, la imagen de Winétt comenzó a diluirse a la par que el macho anciano decaía. Sin embargo y a partir de su muerte en 1968, la obra de Pablo de Rokha fue intensamente valorada, criticada y difundida; por el contrario la obra de Winétt fue lentamente desapareciendo del panorama de la literatura chilena, solo siendo conocida en círculos académicos muy restringidos y escamoteada para el público general como comenta Javier Bello en el prólogo de su libro Winétt de Rokha El valle pierde su atmósfera Edición crítica de la obra poética:

Qué decir de los libros de 1915 de Juana Inés de la Cruz, por entonces nombre literario de la joven Luisa Anabalón; el de versos, titulado Lo que me dijo el silencio y la aún más escasa edición de las “prosas breves” de Horas de sol: en la biblioteca de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile, el primero figuraba en la sección de literatura mexicana, clasificado bajo la autoría de Sor Juana Inés de la Cruz; algún alumno había anotado en una de sus páginas, como comentario a una estrofa, “para el obispo;” así, ignorancia y olvido tejían su terrorífica red construyendo una Juana de Asbaje postmodernista, algunos de cuyos poemas, por ejemplo, se ordenaban bajo el subtítulo de “Psicología pesimista…” (Bello 18).

Retomando la idea de la importancia del libro Cantoral como una creación clave de su evolución poética, y además, del nacimiento de una identidad poética definida tanto en su contenido como estilo. Soledad Falabella en su ensayo El pseudónimo como estrategia, Género, poder y legitimidad en Cantoral de Winétt de Rokha, indica:

Vemos entonces que en Cantoral la autora da cuenta de un proceso de toma de conciencia: tanto al principio como al final del libro hay umbrales entre paradigmas pasados y nuevos. Sin embargo, el nuevo paradigma poético aún tiene que encontrar su lenguaje propio y productivo. (Falabella 451).

Por otro lado, Winétt de Rokha es una de las primeras poetas chilenas en construir una obra innovadora para su época. Los aspectos vanguardistas de esta obra han sido estudiados por la crítica actual, que como hemos dicho más arriba, ha redescubierto y puesto al día para las nuevas generaciones esta voz poética olvidada. Como indica María Inés Zaldívar: 

“…lo publicado en 1936 en el poemario Cantoral, puede apreciarse una escritura que, utilizando de preferencia el verso libre y una sintaxis alejada de las formas regulares, adquiere un sello propio que la vincula con la vanguardia literaria”. (Zaldívar 208).

Detallando más el carácter vanguardista y los aspectos que lo destacan, el profesor Naín Nómez en su ensayo La otras vanguardias: poéticas de Gabriel Mistral y Winétt de Rokha, escribe:

Si se consideran los elementos que conforman la escritura vanguardista, podría decirse que la mayor parte de esos rasgos están presentes en la producción de estas poetas: entre ellos, la amplificación de la realidad, la  desublimación del poeta, la salida del realismo decimonónico, la  incorporación de los sueños y el inconsciente, la arbitrariedad del  lenguaje,  el compromiso social, etc. (Nómez 49).

Para ilustrar de mejor manera la atmósfera innovadora y el estilo vanguardista de Cantoral, presentaré y comentaré un par de poemas del libro tomados de la antología póstuma Suma y Destino de 1951. En esta breve selección pretendo mostrar la variedad de temáticas que la autora asume, desde la crítica al sistema capitalista bajo la óptica marxista, el canto a la ciudad como un espacio renovador y moderno, el canto a su amante con sutiles toques de fino erotismo y los homenajes a mujeres que admiró y que asumieron como ella la lucha por la emancipación y solidaridad de género. Por motivos de espacio no me referiré a los poemas dedicados a sus hijos fallecidos Tomás y Carmen, ambos poemas que por sí solos merecerían un estudio aparte.

CARCOMA Y PRESENCIA DEL CAPITALISMO

Frío, plano, de exactas dimensiones,

el siglo XX cabe en una cancha de tennis.

 

En mesitas de café-concierto,

entre pajillas, whisky-sowers y cigarrillos egipcios,

la mujer contemporánea

borda corpiños de seda negra.

 

En el paddock,

al compás de la música loca de un jazz-band,

las mujeres y los caballos se pasean.

 

Del brazo de Pablo de Rokha,

intervengo en el ritornello

mundial de las muchedumbres.

 

Ilustrando mis poemas

con perspectivas de paperchase,

con sweaters cuadriculados de sportman,

y humaredas de inquietantes locomotoras,

soy la Eva clásica del porvenir.

 

Astral y sensitiva, horado

en aviones románticos,

el azul de las golondrinas perdidas. (De Rokha 20)

Este es un poema que muestra rasgos vanguardistas en la poética de Winétt de Rokha. En primer lugar, destaca el título del poema como una ácida crítica al capitalismo y sus modelos; en segundo lugar, nombra una serie de objetos propios de un mundo moderno: cancha de tennis, paddock, jazz-band, sportman y, en tercer lugar, la autora se referencia a sí misma como una Eva clásica del porvenir. La descripción de los objetos modernos a comienzos del siglo XX, la moda y la música en boga, vistos con una cierta distancia y un cierto tono satírico, hacen de este poemas, tal vez, uno de los más conocidos del libro.

LEY DE MOISÉS

En los lagos de diamante

líquido y ardiente

de tus ojos voluntariosos,

bañé todas mis ansias, Pablo.

 

El alma afable

se vació en tu energía.

 

Para tu deleite de príncipe egipcio

fui suave, agresiva, voluptuosa…

 

Te mostré la gracia oscilante

del encaje indefinible e íntimo,

y te dejó la media negra, en sordina,

su obscura inquietud de mujeres.

 

…Rumor, giro, modo, balbuceo

de todas las palomas;

soplo envenenado y turbador,

mi palabra de niña inhábil. (De Rokha 9).

En este poema se destaca el clima íntimo de la hablante lírica: Te mostré la gracia oscilante/ del encaje indefinible e íntimo. Una actitud interesante de una hablante cuyo discurso no nace desde la fragilidad del ser femenino como era habitual en la cultura dominante de aquella época, sino, desde una fuerza natural que se abre camino desde el deseo. De ser una musa pasiva, pasa a ser una musa activa que dice lo que quiere.

SANTIAGO CIUDAD (fragmento)

 

A tus orillas cantan aún las ranas azules,

sin embargo en tu corazón la multitud busca ritmo

con ese acento eléctrico, ardido y cosmopolita del avión en vuelo.

[…]

Repercuten los tranvías por los puentes viejos de la Recoleta,

y allí, a la virtud de las Iglesias y las casonas vastas,

sentimos aún en las pupilas de las rezadoras atávicas,

abalorios y sueños, mezclados a un niño-Dios, de esperma sonrosada.

 

Ahora se asciende con el corazón sencillo y sereno,

el hogar recóndito, el nido de cada uno, perdido

entre las abejas y los parronales de Pedro de Valdivia,

Ñuñoa, El Nido, como en las palomas, las hormigas o los no-me-olvides.

Parque, Quinta, Alameda de las Delicias,

la bella e incierta peregrinación del espíritu.

[…]

Álgebras de automóviles te abrazan y te poseen,

teatros y cines encienden su bullicio, y los cartelones pronuncian:

Greta Garbo, la nórdica iluminada y pálida.

 

Te sumerges, te elevas, te extiendes, te lavas el alma,

                                      ciudad.

 

Hombres y mujeres-niños, tras las tiendas occidentales,

Gath & Chaves, impasible,

mirando las cinturas de plata del Oberpaur,

el almacén lírico y tranquilo, arquitectura desenfadada,

con el número armonioso del pincel de Matisse.

Desde mi vida, miro el San Cristóbal,

el cerro que justifica tu estilo como el acorazado en el puerto;

aquellas lucecitas que juegan a la ola,

los reflectores que, minuto a minuto, se entreabren como párpados,

y blanca, sola, muda, en lo más alto, la leyenda de Jesucristo,

blanca, sola, muda.

[…] 

Tu orgullo provinciano escala el Santa Lucía;

recuerdo mi alegría de siete años,

correteando a la rueda saltadora

y cómo veía abajo un mundo pequeñito.

 

Santiago, ciudad,

despierta y dormida, dignamente, en ti misma;

abres las puertas;

piscinas, canchas de tennis, cárceles, fábricas,

el rico todo de oro,

el pobre con su atado de sombra.

 

Se produce vida en ti, como en Constantinopla,

en París, en Londres, en Ginebra, en Nueva York, en Roma;

te visitan los acontecimientos y las estrellas,

y acaso una canción sin nombre

o el nombre milenario de una canción… (De Rokha 49).

Este poema es un gran canto a la ciudad de Santiago. La mirada de la hablante celebra lo nuevo y rememora lo antiguo y allí, a la virtud de las Iglesias y las casonas vastas, / sentimos aún en las pupilas de las rezadoras atávicas, / abalorios y sueños, mezclados a un niño-Dios, de esperma sonrosada. La ciudad como un avance vertiginoso de lo moderno que devora el paisaje antiguo rural y tranquilo del pasado, pero también refleja la desigualdad social el rico todo de oro, / el pobre con su atado de sombra. La descripción de las calles y las tiendas, las muchedumbres que caminan apuradas hacia sus destinos, nos recuerda a un atónito Federico García Lorca en las calles de Nueva York (4) 

ROSA DE FUEGO

   

¿En qué jardín de luz está sembrada tu memoria?

 

El corazón de las masas es tu nombre,

la tierra donde florece tu flor roja,

la copa de salud social en donde abrevan heroicas multitudes.

 

¿Desde qué regiones hablarte al oído?

 

Rosa Luxemburgo,

mujer pasión, enamorada de la especie humana,

madre de madres, mártir,

hembra pura, lámpara perenne, margarita de diamante, corola libre del espacio,

rosa de fuego,

alegría de los proletarios escarnecidos.

 

La inteligencia del corazón guiaba tus pasos,

y la revolución alumbraba,

como un sol rojo, tu camino.

 

Niña-paloma,

capullo de cerebro, flor obrera,

¿en qué país de canción te soñaron?

conductora y compañera,

la más auténtica amiga de colegio,

cómo te destrozaron la joya del vientre,

los pies recios y finos de trabajadora y hermana,

la cabeza alta, más alta

que el hambre de sangre de tus asesinos,

de los que segaron tu cuello

como quien corta un lirio, con el hacha de los verdugos.

 

Rosa de fuego,

te llenaste de hijos del alma en la lucha de clases,

valiente y preciosa luz de mi sexo. (De Rokha 84).

En Cantoral hay otros poemas dedicados a figuras que abrazaron la causa marxista a comienzos del siglo XX: entre otros, Lenin y La Pasionaria, sin embargo, el poema dedicado a Rosa Luxemburgo muestra una cercanía y empatía que conmueve. El cariño expresado es evidente en el verso la más auténtica amiga de colegio, si bien en el poema dedicado a la dirigente española La Pasionaria, enaltece su figura también revolucionaria, no es sino en Rosa de fuego que el homenaje es profundo y más cercano. Estos tres homenajes: a Lenin, Dolores Ibárruri y Rosa Luxemburgo, quizás únicos en la poesía chilena escrita por mujeres de entonces, ponen a este poemario en un nivel de vanguardia no solo de estilo, sino también de opción de lucha social y herramienta de transformación.

A MODO DE CONCLUSIÓN

A través de esta selección de poemas del libro Cantoral, he querido mostrar el carácter esencial de este poemario en la obra de Winétt de Rokha. En primer lugar su estilo vanguardista desarrollado a través poemas en verso libre, con motivos, nombres y situaciones enmarcadas en un mundo moderno de cambio incesante; la ciudad como escenario de este cambio con sus luces y sombras. En sus poemas la imagen juega un rol esencial, describe colores, contornos, espacios naturales y citadinos; poemas como pinceladas y dibujos frente a una tela inmensa, lo anterior unido a referencias a pintores, especialmente a Matisse, muestran el lado plástico y multidisciplinar de la autora. Por otro lado y desde el punto de vista del contenido, una obra que integra una variedad de temáticas y atmósferas El compromiso político y social de la autora a través de su adhesión al marxismo, el carácter americanista de su poética respecto a las naciones originarias y su incipiente feminismo. Lo social también visto como la multitud, así como el nombre de la revista que editaron con Pablo de Rokha, este carácter multitudinario aparece también en Cantoral, como indica en su estudio Juan G. Gelpí respecto a la vanguardia en la poesía femenina: 

No solamente se invoca a la multitud en Cantoral, también se alude con frecuencia a figuras históricas por su nombre. En el recorrido de lectura, las menciones onomásticas crean una ilusión o efecto de multitud: de la mención de Freud, se pasa a la de Pablo de Rokha. Matisse, Greta Garbo, Baudelaire, Poe y Byron coexisten en este libro con figuras de izquierda con la cuales tanto Winétt como Pablo de Rokha se identificaron. Lenin, (figura a la cual alude en múltiples ocasiones), Stalin y Gorky (en otro poema es Gorki) se encuentran tan aludidos como Karl Marx, Rosa Luxemburgo y la Pasionaria. La multitud onomástica se corresponde, sin duda, con el ensanchamiento del límite de los versos. (Gelpí 456).

Ensanchamiento de los versos y también de una obra cuyo límite fue la temprana muerte de la autora. Si bien Winétt tuvo un reconocimiento de su obra en vida tanto a nivel nacional como internacional, como se puede apreciar en la antología Suma y destino en la parte dedicada a la crítica de su obra; después de su muerte, su figura cayó en un profundo olvido por parte de la crítica y la industria editorial. Sin embargo en los últimos años la situación al respecto ha ido cambiando y su figura está siendo reconocida a nivel académico. Como muestra de ello es la página dedicada a su vida y obra por parte de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile (5) y desde el punto de vista editorial la publicación de El valle pierde su atmósfera. Prólogo, crítica y estudios, por la editorial Cuarto Propio y bajo la autoría de Javier Bello.

El libro Cantoral ha sido un punto de inflexión respecto a la producción poética anterior de Winétt de Rokha y una obra ineludible dentro de la poesía chilena escrita por mujeres, su carácter, fuerza y profundidad hacen de este libro una pieza innovadora que será el comienzo de una poética con sello propio y que se consolidará posteriormente con los libros Oniromancia y especialmente con El valle pierde su atmósfera con su marcado carácter surrealista. Una obra que logró diferenciarse de la poética volcánica y casi sin límites de Pablo de Rokha y, que si bien, tocaron temas comunes y afines, el estilo de Winéet de Rokha marcado por la fuerza de sus convicciones sin abandonar jamás la sutileza, la mirada fina del detalle oculto, la sinceridad y solidaridad con su género, hicieron de ella una personalidad que hoy es imprescindible conocer y re-conocer.

Notas

 1). Selva Lírica. Estudios sobre los poetas chilenos. Antología realizada por Julio Molina Núñez y Juan Agustín Araya, publicada en 1917.

2). En 2022 se publica por primera vez como libro individual El valle pierde su atmósfera bajo las editoriales Multitud y Oso de Agua y el apoyo de la Fundación De Rokha.

3). En los años 60 pierde a dos de sus hijos, Carlos el poeta y Pablo su secretario e hijo más cercano.

4). Me refiero al libroPoeta en Nueva York” de Federico García Lorca, poemas escritos entre 1929 y 1930

5).   http://www.winett.uchile.cl/

Bibliografía

Bello, Javier. Winétt de Rokha. El valle pierde su atmósfera (Prólogo, recopilación y notas de Javier Bello). Santiago: Cuarto Propio, 2008.

Bisama, Álvaro. Mala lengua. Un retrato de Pablo de Rokha. Santiago: Alfaguara, 2020.

De Rokha, Winétt. «Cantoral.» De Rokha, Winétt. Suma y destino. Santiago: Multitud, 1951.

Fariña, Soledad. El valle pierde su atmósfera. Santiago: Multitud / Oso de agua, 2022.

Falabella, Soledad. «El pseudónimo como estrategia. Género, poder y legitimidad en Cantoral de Winétt de Rokha.» Bello, Javier. Winétt de Rokha, El valle pierde su atmósfera (Prólogo, crítica y estudios). Santiago: Cuarto propio, 2008. 

Gelpí, Juan G. «Winétt de Rokha y Alfonsina Storni: reflexión sobre el espacio textual en la poesía vanguardista femenina.» Bello, Javier. Winétt de Rokha, El valle pierde su atmósfera, (Prólogo, Crítica y estudios). Santiago: Cuarto Propio, 2008.

Nómez, Naín. «Las otras vanguardias: poéticas de Gabriela Mistral y Winétt de Rokha.» Gutiérrez, Milena Rodríguez. Poetas hispanoamericanas contemporáneas: Poéticas y metapoéticas (siglos XX–XXI). Berlin: De Gruyter, 2021.

Zaldívar, María Inés. Anales de literatura chilena. Santiago, 2005. https://www.academia.edu/44813913/WIN%C3%89TT_DE_ROKHA_Y_LA_VANGUARDIA_LITERARIA_EN_CHILE.

Kaat Pype

Acerca del autor:

Samuel Leal

Editor de Nube Cónica.