La única realidad permanece en mi aliento.
La única realidad está atrapada en mi corazón.
Allá afuera, las cosas hacen como que existen,
pero luego se desvanecen como si nunca hubiesen existido.
Aquí en mi corazón, el mundo permanece sólido como una roca,
pero no es una roca, sino una música que expande su vibración
como las raíces y las ramas de los árboles que saboreo en mi consciencia.
Ahí afuera, cuando cae la noche,
la desolación y el abandono reparten sus panes fríos
a aquellos que no llegan a la estación de sí mismos.
Aquí en mi corazón, el calor del cariño llena la boca de mis sentidos,
hasta saciar la inmensa copa de mi amor.
Un mundo de cosas que no es la realidad
atraviesa los cielos de mi asombro, pero permanece callado.
Mi único lugar es el silencio.
Mi única música es la de mi corazón.