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Revista de Poesía y Arte ISSN 2735-7627, Año 5. Nº11, junio 2025

Ensayos y opiniones

Nueva ciencia poética

Tal vez su ejemplar anonimato
nos convoca a nuestro propio anonimato,

para poder también librarnos
de nuestro comienzo y nuestro fin.

Roberto Juarroz

La nueva ciencia poética, la tarea del poeta de hoy —aunque, en realidad y para ser exactos, son dos y a veces se intersectan en espiral—, la una es, ya no debería ser sorpresa, el diálogo del / de la poeta con la machine y el de ésta con él/ella; la otra es —y ha sido para la mejor poesía cantada o escrita por diversos grupos humanos a través de la historia y, claro que sí, la prehistoria también, ése es nuestro más triste olvido, todos somos fósiles del tiempo—, la cosmología, ese cosmo-me, el facing up del poema, que incluye una oda elemental al único padre nuestro, para San Francisco era frater porque él amaba en horizontal (la vertical era para hacer la cruz), al Señor Sol, muchas otras cosas del amor que lo mueve y a las otras estrellas, hasta lo que hoy, como consecuencia, nos preocupa y ocupa, como se dice en la política para sonar ejecutivo/a, la gran aventura de sobrevivencia, a largo plazo concebida, que simbolizan en nuestro brain los exoplanetas.

Y para no hablar por hablar, un ejemplo de la casa:

Exoplanetas, otra vez

bien, qué mejor para nuestro futuro esplendor,

ya van 59 + posibles exoplanets identificados

a la fecha esta vez por el Proyecto Carmen

en un observatorio español, Almería, reúnen

varias condiciones de habitabilidad, al menos

10 de ellos califican respecto a que vida podría

haber allí —a qué escala, pues hasta el 2050 

no tendremos claridad sobre sus atmósferas—

llegar por allá ahora y contemplarlos in real

time/space y las estrellas que orbitan resulta

inviable, decenas de años luz no se recorren

en un santiamén, como no lo hace la lactancia 

de la especie nuestra a traverso de su historia,

jóvenes mujeres rusas van a parir a Argentina

🇦🇷, como hace poco se iban a 🇧🇷 o a 🇺🇸,

la atmósfera local les parece que da un nuevo

colchoncito a sus criaturas en muchos aspecto 

contractuales, incluido el pasaporte de cierto

prestigio internacional y una seguridad social

para no morir en el intento, turismo de parto,

tráfico global de emigrantes a aquellos países 

donde rige el ius soli, o sea ese tan apetecido

derecho de suelo, si te he visto no me acuerdo,

mostly well off inmigrantes de paso a la caza

de una segunda ciudadanía, exogestantes

de ese futuro esplendor pero muy a ras de piso (1)

Volviendo a la tarea de poesía 1 —y no escondo el guiño a lo JLM, que la poesía es un trabajo teórico-práctico antes que nada y después de todo—, y, como decíamos Scott Weintraub y yo en Latin American Digital Poetics (New York: Palgrave-Macmillan, 2024) (2), es una que ya viene en marcha con poetas tales como Omar Gancedo, Fabio Doctorovich, Gustavo Romano, Belén Gache, Silvia Veloso, Eduardo Kac, Eugenio Tisselli, Santiago Ortiz, Milton Läufer, Martín Rangel, Tina Escaja, Karen Villeda, entre los pioneros. 

Hoy el / la poeta (dicho esto, obviamente, con perspectiva de género) ha de entrenar (o enseñar) a su ChatGPT interior, o cualquiera de las herramientas de la IA [AI] que vaya tomando su lugar.  Ya no se trata de soñar/imaginar en abstracto y post-humanamente con un poeta independiente y auto-consciente que escribe poesía y que a veces toma sus poemas y los reescribe de manera que los hace parecer suyos y distintos, sorprendiendo al propio humano poeta, como los casos de Robot Newman o del Whitman de Rangel.

Pasado lo mágico e, incluso, lo místico, el humano poeta ha de aceptar que la máquina es máquina y tratarla con amabilidad, lógicamente, pese a los resquemores que causa en todos los campos (como lo ilustra el trabajo Big Data (2019) de Rodolfo Mata y Diego Bonilla), como su máquina de escribir, como siempre lo ha hecho y enseñarle a hablar con su voz, aunque ya sea una voz androide, como señala Enrique Cisternas Rosell (3). Esa es la voz que tendremos alguna vez. Esto no quiere indicar o sugerir ningún colonialismo típico sobre la población de IAs, y menos tratarlas como subalternos o, peor, esclavas, copistas/iluminadores medievales, siempre apegados a un original adánico (no se pasa por alto aquí la complejidad que nos transmitieran al respecto Vicente Huidobro, Walter Benjamin, y una contada lista de hacedores del verbo).

Repitamos brevemente como si fuera un resumen (abstract) que mandar a una ponencia, cuyo título de trabajo podría formularse así: “El artista y/o dentro de la máquina y viceversa” (4). Ya no interesaría ver/probar si un computador, programado para tal efecto, podría (hacernos) parecer que escribe (sus) poemas y ver/inquirir si esos poemas están o no a la altura de tal o cual master poet (en la lengua respectiva), o, por último, si la máquina está o no a la altura de la creatividad humana. Tampoco interesaría ya rodear estos experimentos de la ficción de la autonomía de la máquina, de simularnos hasta creérnoslo ahí afuera, un autómata devenido poeta/artista, aunque está fantasía sea el espacio donde se da hasta el momento la meta-reflexividad del proceso, sin ella el producto carecería de esa famosa auto-conciencia que imaginamos nos distingue. Una ficción que sigue dejando a la máquina, aunque aprenda (a pensar/sentir como nosotros y mejor quizás), como un instrumento o herramienta, sobre la que se puede vaticinar un futuro…, pero que, lamentable/afortunadamente, dirán por ahí según se quiera, no se piensa a sí misma, cancelándose así el sueño del ser humano de ser una God-like entity, lo cual nos dejaría como los nómadas, agricultores, pastores, ingenieros, astronautas, poetas de un mundo/universo que no podemos replicar, y el sueño de hacerlo nuestro don y nuestra tragedia. Se trata, no obstante, de una nueva ciencia poética, la del diálogo del poeta, sea quien sea en lo genérico (incluidos los onvres), con la máquina, de igual a igual, para aprender el uno de la otra y a la inversa, sin olvidar en ningún instante que ese diálogo se entabla también con las fuerzas tecno-políticas-comerciales… que están detrás de ella. La metáfora amorosa/mística (a lo Veloso) pareciera imponerse, tal cual la de prótesis de (auto-)ayuda a la falta de inspiración (a lo Tisselli), pero el asunto las transciende a éstas y a otras que se puedan esgrimir. Aquello que está en juego es la nueva inteligencia poética y puede que la IA la despierte de sus ya desgastadas muletillas.

De esto hay y habrá mucho que decir, por supuesto. Aquí sólo he querido dejar anotada la idea y un par de referencias útiles para quien esté interesado/a en este inevitable asunto que nos compete. Es así que termino con otro ejemplo (textual) propio, aunque esto ya es una forma de incertidumbre para quien escribe y lee:

ChatGPT

este AI Chatbot, conversador y escritor,

te ayuda respondiendo a toda pregunta,

incluso puede pergeñar cuentos, poemas

y canciones de rap, a new smart baby

en la aldea global, te reconoce y sigue

en lenguaje natural —si aquello existiera,

Ingenuidad nuestra—, a big thing, a tool

creativa y omnisciente, aunque alertan 

que lo más bien podría errar de puro

impetuoso harvesting from the Internet,

lo realmente incitante es ese QA diálogo 

contigo que parece un Platón pragmático 

al alcance de tus inquietudes, déjandote

esa vieja sensación feliz entre discípulo y

maestro y ese vértigo del Turing Test, a ver

si a mí me logra terminar este libro pseudo

póstumo con un verso tal que necesidad

no haya de replicarle make it more exciting,

como si estuviera cracking the code of life

me quedé pensando

en el asunto y fui e hice la petición y salió 

con esto: este terco corazón no te olvida,

no te olvida, y no se dio cuenta que lo pillé

al tiro 😇, eso es de Emmanuel, con quien 

coincidí hace años en un vuelo de Santiago

a Miami, él a lo suyo y yo de ahí a Atlanta y

a Athens, al principio de mi vida allí, palabra

ninguna cruzamos, obvio, pero una tácita

reverencia se me habrá notado, imagino,

que sonreímos y para mis adentros hacerle 

prometí una canción que nunca pude terminar (5)

NOTAS

1) Perteneciente a Trilogía pro tempore (New York: Nueva York Poetry Press, 2025). 

2) También se puede consultar “Poesía digital latinoamericana: inteligencia poética impresa (electrónica, cibernética) y artificialRevista Iberoamericana 91/290-291 (2025). También la Cartografía de la literatura digital latinoamericana

3) En su tesis Literatura expandida y poéticas de la expansión en la literatura digital latinoamericana (2025) para el programa de Doctorado en Literatura Hispanoamericana Contemporánea de la Iniversidad de Playa Ancha, Valparaíso.

4) Evidentemente, esta propuesta tendría que tener como lectura central de fondo The Artist in the Machine. The World of AI-Powered Creativity (Cambridge, MA: The MIT Press 2019) de Arthur I. Miller.

5) De Un poema rápido en vez de un himno (Perú: Santa Rabia Poetry Press, 2022), escrito con el poeta Jeremy Paden. 

Kaat Pype

Acerca del autor:

Luis Correa-Díaz

(año, ciudad, país) Miembro Correspondiente de la Academia Chilena de la Lengua y de la Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba (España), poeta y Distinguished Research Professor de Digital Humanities y Human Rights en la University of Georgia-USA. Autor de varios libros y artículos críticos.