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Revista de Poesía y Arte ISSN 2735-7627, Otoño Año 3. Nº8, junio 2022

Que solos están los poetas

Qué solos estamos los poetas 

entre las reminiscencias,

plasman versos desolados,

delirios de vivencias.

Qué solos vivimos los poetas.

Recógeme antes que se desgaje 

mi corazón entre rincones que hielan, 

se han vaciado su sangre y venas. 

Qué triste están los poetas,

flores marchitas, no viven primaveras, 

despeñan amores, ansían estíos, 

babuinos nómades en desierto de arenas. 

Versos yermos de poetas; 

en una mano me das mieles

y en la otra, venenos de espinas;       

noche solitaria de hiel ensombrecida. 

La lámpara sabe de males de poetas,

íntima, henchida, dulcedumbre,

vela mis noches serenas; 

si fueses mujer besaría tu boca cálida,

sin ataduras de las sombras de un poeta,  

ni volver a hacer resplandecer mis lágrimas,  

ni amortajar en lumbre las penas, 

si no ahuyentando el mal destino de poeta.

Los amores de poetas son oleajes de marea,

salmuera insípida, soledades frías y quiebran  

huesos como frutos secos que caen en la estera, 

que no vieron luz de otoño agonizantes en tierra.