Las lágrimas no atisban por mis ojos
No siento nada,
ni frío ni dolor ni nada.
¿Por qué se han alejado de mí las percepciones?
¿Por qué sólo mi mente bulle con alucinaciones de máquina,
desgarrando, machacando, quebrantando ideas?
No lloro. El dolor envuelve mis entrañas y estoy vacía
llena de fierros y tornillos que crecen con mi piel
se desenroscan, se agudizan, pinchan todo en mí
y entonces grito, de dolor y rabia
de amargura y rencor.
Grito y nadie me oye. Mi boca está abierta y sin sonido
y entonces, finalmente, lloro.