“Dime si me escuchas, mueve algo, las manos o los ojos…”
Creo que muevo las pestañas: sí, te escucho
pero no puedo mover absolutamente nada:
Adentro de este cuerpo inmóvil hay una vida
que espera con paciencia…
De mis pies salen dos hilos negros, largos,
De mi costado un tubo.
Desde adentro, sin mayor esfuerzo, por varias tuberías
se desangra un cuerpo.
Muevo sólo los ojos y la mano izquierda;
No me funciona el disco duro.
Yo no soy nadie, puedo existir o no existir.
Soy algo y nada más, en medio de la vida que prosigue.