Uf, tanto vitalismo por el amor de dios
o el culo de satanás. Tantos piques,
tanto huir a la natura y una vida entera
descansando en sofás, y tanto pero tanto
cambio de dirección y pérdida
de máquinas de afeitar, bombillas de mate,
pérdida de pelo
y de alguna polera fiel hasta la muerte.
Con tanto vitalismo y realidad,
cómo no voy a entender tu fuga
hacia mundos raros, hermano;
recuerdo que leías todo lo de Aira,
a quien jamás comprendí
o quizás sólo me aburría.
Caminar es un recreo después de todo.
No quiero nada intenso ni cargado
ni otro homenaje más a no sé qué vieja loca
que decía groserías a meseros y taxistas.
Nada intenso, nada cargado, nada fuerte.
Quiero sólo brisa y caminar.
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