(Eesti muld ja eesti süda)
¡Qué impetuoso palpitas, corazón,
en las entrañas de mi pecho ardiente
cuando tu nombre sale de mis labios,
oh sagrada tierra de mi Estonia!
Vi cosas agradables y mezquinas,
y otras muchas abandoné o perdí
en el duro trayecto de mi vida,
pero a ti, ¡a ti nunca te olvidé!
En tu regazo amoroso descansé
cuando aún daba mis primeros pasos,
me embriagué de tu aliento
mientras mi alma exultaba de alegría;
otras veces te mostré mis lágrimas
y sentiste mis penas más profundas.
¡A hablarte vengo ahora de mi esfuerzo
y de mi canto, oh amada tierra estonia!
¡Jamás seré capaz de demostrarte
lo que mi inquieto corazón te debe!
En tu seno deseo hallar eterno
reposo cuando mi hora haya llegado.
Maternalmente, tú cobijarás
el corazón palpitante de tu hija:
¡tierra estonia y corazón estonio
ya serán para siempre inseparables!
(1867)
(Versión de Vello Salo y Albert Lázaro-Tinaut)