Quizás es así como comienza el lento
descenso del dolor a la tristeza
Amos Oz
Que nuestros ojos se anuden en la estrella.
Estoy en el sótano
y escribo:
En el sueño la soledad es mía.
II
Mi pena la tuercen los tabaqueros que callan
la suya
y lloro un dolor triste en este mes fúnebre
y glorioso
mientras la noche
cae
en mí.
III
Hablo de ti,
no para recordarte
si no
para que no me olvides.
IV
Me arrancara los ojos y los pusiera en la vastedad
por donde tus sueños rozan con el viento
del Sur.
V
Estamos solos la noche
y yo.
Y si pasan el trueno,
la centella,
y el canto de las cañerías?