No hay en mi memoria álamos ni olivos,
no he pasado el umbral
ni la noche,
mi cuerpo es dócil,
los días se vienen con dureza.
¿Dónde crecen los álamos?
¿Dónde los olivos?
Es duro el viento,
en mi portal cae la lluvia,
mi pecho quiere comer aprisa su soledad,
su miseria.
¿Veré los álamos?
¿Los olivos?