Prendo el adiós a la casa, no la heredé de antepasados,
la locura,
el amor que despierta sed por la palabra,
el fuego por penetrar a mis amantes, no sospechan
que sostengo la mentira,
soy el sagrado corazón de mi padre,
heredo lo que maldije de él,
dibujo un corazón con su nombre,
mis pasos que se alejan
sin bendición,
el adiós que dejo prendido
en la casa.