Perseguir, aniquilar, matar, envenenar, desaparecer,
son las cualidades inteligentes
con las que se pavonean dos erguidas extremidades.
La mente saborea la sangre de su festín
a distancias imprecisas.
Lo que decida, ésa será su presa.
¡Ay! malaya suerte ser la especie humana.
Son animales que, al atacar y exterminar al otro,
lo hace para sí mismo.
Haraquiri sin nobleza, daga sin refinamiento,
sable sin maestría, flecha sin sabiduría
lanza sin valor, revólver sin pulso,
honda sin corazón y espada sin señorío.
Son atributos esculpidos por el ojo ciego.
Cuando cual si fuera una flema expulsó de su gañote
al primer hombre en medio de su antojadizo círculo.
Nacieron enfermos contagiados por su saliva.
Lo más detestable para la imagen y semejanza
es ese fulgor que no obedece y sabe volar.
La hembra, la mal nacida, la buscona, la bruja,
la puta, la innombrable, la endemoniada, la escandalosa,
la fulana, la zorra, la libertina, la pecadora, la vulgar,
la ordinaria, la grosera, la tonta, la atrevida, la inculta,
la arrogante, la vanidosa y un poquito más.
Así le dicen a la que fue capaz de salvar a su dios.