Lejos del camino, encerrado
en esta habitación, leo y releo
el libro de Silesius.
¿Acaso mi alma es límpida
como un cristal?
¿Mi cuerpo nació del barro?
Benévolo lector:
el animal mira un trozo de tierra
y no comprende que en toda forma
habita una plegaria silenciosa.
Yo sólo anhelo llegar a ser
luz que se expande hasta morir.