No era una revista literaria
no dejaba de ser una revista literaria
Aspiraba a ser como esas revistas literarias
claras y limpitas
que se muestran en los escaparates
de las librerías importantes de las ciudades
Pero quedamos en que era
de alguna manera una revista literaria
Desde sus portadas y páginas sus hacedores
hambrientos de ser
de identidad
le hacían un guiño a sus hermanas
más establecidas
Como queriéndoles decir
“¿Ven? Dénnos un espacio
un ladito
un lugarcito
queremos estar ahí
nuestras temáticas siguen la línea
de lo que realmente cuenta
en las librerías las notas literarias
de los diarios importantes
la hora pico o punta de la tele”
El ansia de existir conducía esos afanes
Que eran como una angustia
señorita
Que saliera como desde dentro
señorita
para llenar un vacío
señorita
Mientras
desde el otro lado de la calle
las otras revistas
desordenadas, brillantes,
la melena al viento
se desbocaban por el mundo virtual
como amazonas
quiméricas y azarosas
llenas de esquinas desconocidas
de faroles y astros
construyéndose un perfil
Más acorde con sus inclinaciones
Mitad alborada Mitad apocalipsis