Hoy
no quiero que me calmes
con los ojos del destino
ni que fabriques
una verdad animal con la boca
o que quieras armar
lo que queda de mi sombra
descalabrada.
No quiero
ni media carilla
para declarar mis huesos
ni tus besos in útero
rogándome las palabras.
Hoy
no me importa ser la esquina
de los que nunca se encuentran.
No me importa ser
un mundo mejor,
si no puedo besarme los puños
después de este golpe;
si no puedo amar la lluvia,
después de llevarse mi casa.