No
necesito silencio
para este poema
que se descompone
ni la práctica cotidiana
de saber que te fuiste
para ser feliz otra vez
No
necesito el silencio
para reventar la palabra
para revolcarme los huesos
para terminar de una vez
la mueca que cambiaría las cosas
No
necesito las cosas
como eran antes
ni como son ahora
para convencerme
de ningún destino
No
necesito los pájaros
que huyeron
del grito que construyó mi casa.