Caricias asfixiantes
de una noche perpetua,
la mariposa vuela
a la luz de una estrella.
La luna, al parecer,
sueña con la marea,
la mitad de mi otoño
se fuga en la penumbra.
El mar corre a la playa
esquivando las olas;
horizonte de peces
celebran una orgía,
las nubes van hilando
sus blancos avatares;
el río va puliendo
las piedras del camino
y en la mañana canta
un gorrión en mi patio.