PLAYA BRAVA
El mar no soporta madrugadas,
suicida, se estrella contra el mundo.
Una vez,
otra vez,
y otra vez,
gime, aúlla
atado por su inmortalidad.
Su peso de gigante acaba por hundirlo,
con la primera burla de la mañana.
Entonces
jadeante, derrotado,
Retrocede.