Reflexiones de un espejo

I

No el rostro que reflejo 

ni la luz que parece escurrirse 

por mi gran ojo circular

Tampoco las sombras 

cierta distorsión de las figuras 

y el engaño de ver 

el mundo del otro lado

Nada de eso soy 

sino este vidrio 

y el azogue 

empotrado firme en marco de metal 

para que tú 

cada mañana 

afeites tu barba 

te acaricies con perfumada loción 

y mires el rostro que nadie verá 

Para que tu esposa    maquille párpados    pómulos y labios 

y después de hacerme una morisqueta 

marche a lucir el rostro    contrario

No es mi intención engañarlos 

Son los humanos los que se engañan conmigo 

con los reflejos de una luz que no existe 

y unas sombras 

que proyecta 

mi luna en su mirada

II

Círculo de luz perfecto 

muda atracción de lo invisible 

ruedo en la memoria de los hombres

tantas veces odiado por ellas

álbum de imágenes sin memoria

recinto privado de los ojos

a veces confidente

espectador silencioso y desvergonzado   

      de la intimidad 

Puedo revelar lo que no se desea ver

engañar y divertir al niño

cambiando mi superficie   en el parque 

          de diversiones

y hacer creer a mi dueño que respondo 

cuando habla frente a mí

Él ha llorado   me ha cubierto de insultos

ha declarado sus triunfos sin tenerlos

Éxitos que sólo existen en su fantasía

Ella ha venido luego contando otra historia

Los he visto a todos 

pero nadie me ha visto

Desconocen mi ser espejo 

reflejador de seres y cosas 

Jamás me doy a conocer    pues mi cara está exenta de facciones y miradas que refracten mi interior

Sólo estoy preparado para decir 

lo que se espera de mí 

III

Así se vivía en el valle de los espejos 

donde las sombras abandonaban las mañanas 

y por la noche todo era vidrio azul 

tan transparente 

como la luz verdadera

Cuando ellos querían danzar 

lo hacían en mil reflejos 

y a nadie extrañaba 

que más de uno se quebrase 

No era la muerte del espejo pues    por el contrario multiplicaba sus sueños 

en tantas astillas 

como las luces del cielo

Su alimento eran las imágenes 

y su mayor utopía 

un país muy oscuro 

donde nada hubiese que reflejar 

y holgarse en el silencio 

con sólo esas imágenes reales 

que salen del centro del espejo

El dios de los espejos 

está más allá de la luz y la oscuridad 

Es una entidad libre 

no necesita crear 

y vaga a la velocidad del pensamiento 

por espacios y tiempos 

no poblados 

por humanos 

ni cosa semejante

IV

Me lo dijo un día en forma inesperada 

y cruel

Tú no eres ese que reflejo 

ni soy yo el que tú miras

No intentes atrapar la figura del que 

está al otro lado 

pues no hay otro lado

Soy sólo un vidrio plano 

que refleja al revés 

el pensamiento

Desde ese día 

espejo y yo 

somos antagónicos 

y no le saludo por las mañanas 

ni me despido al acostarme

Sin embargo él 

me persigue hasta        los sueños 

y me habla 

como un hermano mayor

Dice que no tema 

que me seguirá reflejando 

y el día de mi muerte 

vendrá a buscar mi imagen

para no quedar atrapado en la oscuridad 

y ayudarle a reflejar        tanta sombra sola 

que anda por el mundo 

De “Otras Voces / Cuando hablan las cosas”, (Editorial Alba, 2018)