(1)
Son las líneas quebradas
de un sillón
Es obvio su color pero no su brillo
Con catorce palos lo armó el carpintero
con tarugos y pegamento
¿Cuántos años tienes?
¿Cuántas sombras meditaron
sobre tu estructura?
Ha soportado el respaldo
el vestón del padre de familia
al regreso del trabajo
la espalda encorvada del abuelo
o las piruetas del niño
marinero gateando al palo mayor
La madera habla al barniz
el barniz a un sol resquebrajado
y al tapiz la polilla
cuando la termita hace del sillón su morada
Venerable – sin embargo-
es un trasto de segunda
para el anticuario
Semejante a un trono
para el niño de la casa
objeto casi sagrado
en torno al cual transcurrió toda la infancia
¿Extrañará su sillón en la otra vida?
Allá todo es de mármol
césped tierno y verde cubre los asientos
Los espíritus transparentes
se reúnen por las tardes
a conversar y discutir las verdades de esta vida
Hay unos que aseguran
la sustancia de este mundo es madera pura y firme
mas la fragilidad de los cuerpos
requiere de sedosos cojines
En cambio otros defienden la teoría del carpintero
La materia se reduce a astillas
y siempre una fogata
dará más alegría
Al calor de la madera
agreguemos la luz que el lenguaje entregó al sillón
cuando pudo pensar
y comunicar al lector
estas palabras
(2)
Sentado en el sillón que hizo el abuelo
en la mueblería incendiada hace ya varios lustros
pensó el hombre en naderías
En verdad quería descansar del duro cargo
que pesaba a su espalda
Mas una paloma en equilibrio sobre el farol de la calle
justo frente a su ventana
lo hizo quebrar el pensamiento y abandonando el plano de las simplezas
internarse en los resortes y la estopa
en los insectos pequeñísimos que habitan la tela y el polvo
en el microuniverso que hay entre madera y tachuela
en los bordes mismos de la invisible arquitectura del sillón
Abismado rehuyó pensar sobre el destino
o la invisibilidad de los objetos
prefiriendo a fin de cuentas
volar con la paloma por sobre árboles de viva celulosa
y jamás aterrizar en el peligroso terreno
de la energía o los mundos oscuros
que esconde la materia
Sentado en el sillón se durmió soñando
que era un viejo trono de ébano
y no esta silla de madera nativa
Un sillón gastado y obsoleto
(3)
En el país de los sillones
los hay de todos los tamaños
materiales y diseños
Escojamos uno para demostrar que no son
tan útiles como suele pensarse
Este de metal
por ejemplo
que aparenta tanta firmeza
y estabilidad
Apliquémosle el peso normal de una persona
y vean como se desploma
entre crujidos y ayes
La razón está aquí
sus ángulos o escuadras
totalmente oxidados
expuesto al tiempo y la humedad
al rudo trato de los humanos
que suelen esclavizarlos
El ente metálico
ya no soporta
el peso de la vida
(4)
Estás preparado
para el momento
de la partida
Los brazos relajados
rígidas las patas
y la tela del asiento
raída por los años
Hace un tiempo pensabas
que llevarías el maletín
cargado de poemas
y tu libro sagrado
bajo el brazo
pero ahora tienes la
certeza
que donde vas
nada de eso se requiere
La breve estadía
en el salón
unos pocos inviernos
otros veranos
más bulliciosos
La caída de algunos
versos en otoño
y la estación más alegre
grabaron su escritura
en la madera
Ahora que la polilla
ha horadado lo suficiente
tu dura piel
podrás dar todo tu calor
en la fría noche
de algún vagabundo
(5)
Para algunos las cosas
son sólo objetos
útiles o inútiles
que cumplen su función
por un tiempo determinado
Son los prácticos felices
usando de las cosas
el tiempo que dure
su ministerio
Luego las destruyen
las dan al necesitado
o las tiran al vertedero
Para otros
están cargadas de memoria
les hablan de tiempos lejanos
y sucesos significativos
Tienen un alma
respetable
como este sillón
soporte de diez mil
penas y alegrías
(6)
Me agrada ser esto que soy
y no lo que otros
hubieran querido que fuese
Esta masa de madera
casi rústica
barnizada hace años
donde ya las uñas
han dejado sus marcas
y la veta cuenta su historia
No es desagradable
ser tan simple
sin ambición de lujosos
salones
o testeras de autoridad
Bástale al sillón
el cumplimiento
de su humilde servicio
sostener al cansado
ser compañero de reflexiones
y depósito del abuelo enfermo
(7)
Ese fino sillón
en la rancha de los
pescadores
rescatado del naufragio
en un barco extranjero
El sillón que ocupaba
con dignidad el padre
a la cabeza
de la mesa familiar
intocable
El sillón reservado
al rector del liceo
a la ilustre visita
El sillón que en el altar
recibía al sacerdote
en mística reflexión
después de la eucaristía
La emoción del país
cuando ocupó la democracia
el venerable sillón
presidencial
Y este rústico sillón
a la intemperie
donde algunas aves
ensayan sus trinos
y cantos al sol
De “Otras Voces / Cuando hablan las cosas”, (Editorial Alba, 2018)