Carta de un signo enamorado

A mi amada Elena

“Epístula non erubescit”

La carta no siente vergüenza 

Cicerón 

Amada señora Exclamación:

Cuánto tiempo llevo interrogando al cielo

por qué no baja sus dulces pupilas

a este humilde signo?

He recorrido todos los alfabetos 

de oriente hasta occidente

investigué tras las ventanas entintadas de los ideogramas 

consultando por usted aun 

en los intrincados bailes gráficos del alifato

Ahora pregunto a las nubes

por su estremecida y ardiente figura

mas ellas se retiran hacia el sur

no sé si avergonzadas

o porque guardan un secreto suyo

Algunas cubren vaporosamente índigo

el rostro del sol

al crepúsculo

como si él tampoco

tenga respuestas para mi

o no quiera develar su paradero

Sí, lo sé ¿qué relación podría haber

entre una noble Exclamación

tan sensible y expresiva

a veces tan alegre

y otras capaz de derribar el horizonte

¿Qué cercanía podría existir

entre usted

mi adorada inalcanzable

elixir del idioma

exaltación de lo divino

verbo estremecido del universo

fina criatura del lenguaje

afirmación de la vida

en el cosmos de las letras?

¿Qué nexos podría haber

entre tan superior dama

y un miserable y dubitativo espécimen 

como yo

un simple signo

que nada sabe

y sólo intenta interrogar

desde su ignorancia?

Tengo este sentimiento

aquí guardado en el centro de mi punto

bien guardado

y alimento mis horas muertas

soñando que usted y yo bailamos

abrazados en la más mágica de las oraciones

en el verso tierno de algún adolescente

o marchamos en un himno marcial

rindiendo homenaje al heroico Amor

Que ambos en la intimidad

unimos nuestros puntos

Usted eleva su agudo sable

y al abrir mis brazos curvos

atraviesa mis tuétanos

para matarme de amor

No importa que muera

si ha de ser entre sus brazos

No importa que viva

si ha de ser junto a usted

No me importa la muerte

y ser borrado para siempre de las páginas del libro de la vida

si mi última pregunta

usted respondiera con un suspiro exclamativo

si mi última interrogante

fuera para usted

con su rostro apasionado

y su mirada de triunfo

Sólo escúcheme amada

No soy un signo que prometa 

si estoy hecho tan sólo de dudas

pero si pudiese lograr su atención 

tan sólo por un segundo

en toda mi insignificante vida

sería tan feliz

ser por un instante preocupación de la más insigne dama de la nobleza ortográfica

Sin embargo tan inútil no soy

¿Qué sería de la ciencia

si no hubiera humanos interrogando 

acerca de los misterios de la vida?

¿Qué sería del arte y la literatura si

no existieran seres que se preguntan

por formas distintas de decir

lo que no se puede pensar de otra forma?

¿Qué sería del pensamiento sin interrogantes?

Ahora mismo me pregunto

¿Qué sería de mi si no me preguntase

sobre esto que siento por usted?

y ¿vale más la pena cuestionarse por el sentimiento 

o sólo exclamar de emociones

sin preguntarse

ni responder cosa alguna?

Amada Exclamación

le propongo

unir nuestras potencias

Usted la sensibilidad sublime

yo la curiosidad obsesiva

y también unir nuestras debilidades

su excesiva pasión

con mi excesiva razón

y construir así

la mejor frase de la Lengua

De “Murmullos de tinta [Signos & palabras]”, (Inédito)