Reseña de Libros

Eso de ahí

De Miguel Moreno Duhamel

Año: 2020

Editorial: Marciano Ediciones

Páginas: 98

MOLLIS RESONARE IN AURE SONAT

SONIDOS DE ECOS SUAVES EN EL OÍDO

Soy un lector y como tal me propongo indagar en el nuevo libro que nos ofrece Miguel Moreno Duhamel, ESO DE AHÍ, Marciano ediciones, 2020. Me pregunto, ¿qué es “Eso de ahí” ?, la cosa que está en un lugar específico, “ahí”, y ¿qué es ese “ahí”? Eso, un algo, un ser, un ente, un objeto, una cosa cualquiera, separado solo por un “de” de la zona donde habita ese “ahí”. “Eso” puede ser también lo fantasmagórico, lo monstruoso, lo que es imposible describir porque tal vez no se sabe lo que es y como tal se lo nomina como un “ESO”, pero ese “ESO” también puede entenderse como una cosa, un ser, una situación despreciable. Lo que me intriga más que el “ESO”, es el “ahí”. Entonces ingreso a la lectura. Enrique Santiago dice en el prólogo “Lo hace también nuestro autor que en esta ocasión despliega su discurso dejando la página confrontada como un vacío que apela a ser vista como un espacio especular” y nos da señales de ruta: el ahí es la página donde se confrontan una serie de discursos ante el azogue, por tanto, un doble, un holograma, es decir, un plano desde el cual surgirá un mundo tridimensional o tal vez, multidimensional. Mmmmm, interesante, me digo. ¿Cómo logrará ello este Dédalo a las puertas del transhumanismo?

Supero el prólogo y me encuentro con dos elementos desplegables y tridimensionales: un visor y una tarjeta “Recuerdo de Bautizo” del año 1949. Una tarjeta real (ese es el juego). Nuevamente Enrique Santiago nos advierte “El poeta en lo formal, usa aquí dos recursos, uno que se despliega como la palabra versada o prosaica, y otro que recurre a la imagen, en la mayoría de las páginas se conjugan ambos medios, logrando que la imagen y el verso tradicional se unifiquen dentro y más allá del margen de la misma, así la propuesta de Miguel Moreno combina acertadamente ambas posibilidades”. Con estas herramientas que nos proporciona el prologuista nos internamos por el vacío para observar qué es lo que nos proyectará Moreno Duhamel en este trasunto.

Una lectura rápida nos confunde, efectivamente, surgen una serie de imágenes y palabras dispuesta en cuatro lenguas a lo menos: castellano, inglés, mapudungún y latín. Pero además cifra algunos mensajes en lenguaje binario. Por tanto, como lector, me percato que estoy en un laberinto y sin ninguna Ariadna que me advierta de peligro alguno.

Sí, Miguel Moreno Duhamel nos ha construido un laberinto, se ha propuesto ser un Dédalo en este siglo XXI. Ha demorado más de treinta años en elaborarlo, por lo tanto, encontramos en él ladrillos fundamentales de la historia chilena del final del siglo XX, específicamente la traumática experiencia de la dictadura militar y la banalidad con que los medios del momento (¿y actuales?) trataron el secuestro, tortura y desaparición de chilenos. Sumados a estos ladrillos ensangrentados, se anudan, pareciera, ladrillos íntimos del hablante lírico (por no decir autor), el drama de su propia experiencia vital debido a la pérdida del ser amado: “Morthus est pulchra amor”.

Lamentablemente, como el espacio es reducido y esto debiera tratarse de una reseña y no una digresión del lector que soy, dejaré más bien una serie de interrogantes para que futuros lectores inquietos busquen respuestas. Son muchos más los ladrillos que conforman este dédalo, por ejemplo, la historia actual del país a través del texto sobre Camilo Catrillanca; también el erotismo, la cruda sexualidad, y un par de guiños interesante con los que terminaré estas palabras. ¿Por qué en este laberinto está presente el sucio empresario y multimillonario Howard Huges”? ¿Por qué utiliza el latín para escamotear algunas emociones que uno puede rastrear? ¿Qué desea el autor que focalice con el visor? ¿Desea que focalice algo dentro del libro o en realidad me propone mirar fuera de él? ¿Por qué no enumeró las páginas? ¿Para que nos perdamos dentro de él? ¿Para que perdamos la perspectiva? ¿Eso en realidad es un caleidoscopio o un laberinto? ¿Y el ahí es el sitio de la locura y la barbarie?

No daré respuesta a esas interrogantes, ya lo dije. Solo quiero finalizar con algo que me llamó mucho la atención, como cuando uno llega a una ciudad desconocida y se encuentra con un letrero viejo que ya nadie lee, pero que singulariza a todos los seres que allí habitan:

LA CRUZ

I

FICCIÓN

¿La realidad completa es una mera ficción para el autor? O ¿Toda la civilización occidental está montada en una mera ficción?

Amigo lector, a ti te corresponde responder estas inquietantes preguntas, porque, si es así, todos nosotros no somos más que replicantes cuyos labios buscan un color, el color de la nada. ¡CHUICK!

“Mollis resonare in aura sonat”.

Eugenio Dávalos Pomareda

15 de abril 2021

Acerca del autor:

Eugenio Dávalos Pomareda es codirector de Nube Cónica