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Revista de Poesía y Arte ISSN 2735-7627, Año 5. Nº11, junio 2025

Volátil imagen a destiempo

A Eva desde mi Parnaso

… si no saben volar, pierden el tiempo conmigo.

Oliverio Girondo

Volar entre tanta jauría inscrita al dorso del silencio erigida en mis labios como una cicatriz
supone la sabia ofrenda como si levantase manos que se doblan ante el murmullo de la brisa
para verte pasar adosada al lívido reparto del Parnaso,
con la plenitud satisfecha de los días auxiliados del absurdo.
Pude hallar en cada sitio un rostro diverso,
quizás sus alas sean suficientes
rasgar la cima no basta para unificar el tiempo
vestirnos de animales fieros tampoco es suficiente,
una porción de plenitud resta al poeta
en ese instante donde contemplarte desnuda
enerva el reflejo,
al extremo de sepultar su brillo
en el arcón de sueños que traería Colón
tras su ruego de conquista inalterable
existimos
desde que los pechos de Tínima ruborizaron al cacique,
antes, incluso mucho antes
a que el hombre de la caverna fabricaba una antorcha con tus piernas
antes que el fuego, la tierra, los mares,
éramos la lumbre de los ojos en aquellos cuerpos que temblaron bajo la hojarasca del Edén,
la serpiente nos llegó después cuando dos no fueron suficientes,
también pidió volar,
pero no tenía alas,
al ruego inverosímil de las formas edificantes
al llanto de los días y las noches evoca tus alas ese dios
que hoy destina tu presencia
como si volar entre tanta jauría inscrita al dorso del silencio
erigida en mis labios como una cicatriz
llenase de vida esta muerte sana y dichosa
a la que me entrego, hoy a tus alas aferrado,
como si tan solo bastase su nimia esencia
para no despegar los pies ni un centímetro del suelo.
Si dios entendiese que la tierra y los cielos son una misma cosa
toda la nostalgia del universo iría tras tu imagen
no habría máscaras, ni vuelo posible para el verso, ni existiésemos como antes
¡…sí!, antes, mucho antes.