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Revista de Poesía y Arte ISSN 2735-7627, Año 5. Nº11, junio 2025

Parábola del pez con sol poniente

Negado el pez, los palos de tu heráldica
ceden y te devuelven huérfano
a mi flanco de estrellas, única
playa presta a recibirte.

Negada la mano abierta hacia el pez
la travesía fraterna por el centro de azur
tórnase arribo de Caronte
a la ribera estigia.

Negado el tacto untuoso con la baba del pez
te anegas en teóricos dames y daretes
y es inminente la caída del oro
en campo de gules.

Te arrojo pues de vuelta al simple oleaje
del don y del recibo: ve, y que no te pille
el crepúsculo yermo de corazón
con las manos vacías.

Muestra el cantón diestro, baja el puente
y franquea el foso de tu torre enclavada.
El mar ya un sol de sable y rosa:
vuela y alcánzalos.

Aleluya, aleluya: hubimos de limpiar
la pesca y degustarla.

De: danubiomediterráneo (Viena: Labyrinth, 2005)