Historia de la señora Dortrie

No sabes vivir en esa ciudad que nombras

tus sueños  revolvieron las ausencias y el desasosiego

hoy esperas a  la señora Dotrie

( una amiga por correspondencia )

y estás asombrada porque te llaman Dotrie

nunca has visto una foto de ella

no vistes como una extrajera

mucho menos hablas francés,

has venido a este hotel ridículo

a petición de Dotrie

como algo oficial y simbólico

el último hombre del pasillo ha dicho:

“El señor Dotrie la espera”.

Y vuelves los ojos,

no sabes de quién es la sombra

no crees en la resurrección

                      ni en el alter ego

quién alumbra el ánima y el goce

no piensa en ser poseída

si  soy esa   Dotrie no recuerdo al señor Dotrie

qué haré si menciona a sus hijos ¿tendrá?

No soy  madre y sí torpe

sólo escribía carta a la señora Dotrie

una especie del Ángel

con una vida que se parecía a la mía

como si el sueño inusitado fuera la premonición

El señor Dotrie

que supuestamente no es Dotrie

sino la señora Dotrie

que con aspecto paternal me abraza

me coge las manos

y ofrece un pedazo de pan

como quien muestra la vida,

con oficio marital susurra:

“Dotrie ha muerto, ésta es su última carta

supongo que eras tú

porque es ver a Dotrie”

( me abstengo )

pero no soy la señora Dotrie

y ahora ni me la imagino

estoy para vivir la historia de alguien

a quién escribo

o escribía

quien  ha muerto

o morirá

fabulación  a priori de la señora Dotrie

que ahora soy yo.

Beneplácito  para su sombra

y el regocijo de protegerla.