Hace medio siglo te construyo
casa de parientes y herederos
detienes la fortuna y los vicios
la mirada donde se rompe
tu herida,
casa del hijo que existe
muérdago en la espalda
imitas la felicidad y su ausencia,
a destiempo
están los que me quieren los que quiero
los que busco en tus paredes
en el teatro de los días
en el espíritu de la madera
que no resiste otra lluvia,
la familia que no puede crecer
después que has dictado los nombres,
ignoras nuestra orfandad
el miedo por la existencia y los antiguos moradores,
desde tu estado inmóvil
en cualquier momento te nos cae encima.