En la maraña del córtex,
acecha el estrés,
una bestia con garras de plazos
y ojos de facturas,
roen los tendones
del alma sobre trabajada,
devorando momentos otrora serenos,
ahora viles.
Un corazón que corre
el maratón de los minutos,
gotas de sudor escribiendo
sonetos en la frente,
una mente malabarista de pensamientos,
un circo sin ataduras,
el sueño, un fugitivo,
rara vez hallado.
Respira el mundo,
exhala el peso,
encuentra consuelo en lo mundano,
el estado simple,
ríe a carcajadas,
ante el tiempo o el destino,
en el arte, en el amor,
busca la puerta de escape.
El abrazo de la naturaleza,
un bálsamo para lo deshilachado,
palabras de un poema,
una serenata calmante,
el toque de un ser querido,
una fortaleza creada,
en la búsqueda de la paz,
deja que el estrés se desvanezca.
El estrés,
un ladrón silencioso
en la noche,
roba los colores
de nuestra vista,
deja el mundo
en tono de gris,
la alegría y la pasión,
llevadas lejos.
El peaje que cobra,
una suma pesada,
en cuerpo y alma,
es gravoso,
un peso que dobla
la espalda más fuerte,
una grieta que crece
con cada carencia.
Sin embargo, dentro de nosotros yace
el poder de luchar,
de reclamar nuestro día,
de poseer nuestra noche,
de enfrentarnos
a la marea de tensión,
y en nuestros corazones,
dejar que la calma permanezca.
Pues el estrés no es más
que una señal, clara,
un llamado a descansar,
a valorar lo querido,
equilibrar la vida,
buscar alivio,
Respirar, sanar,
vivir de verdad.
STRESS
In the tangle of the cortex,
stress prowls,
a beast with claws of deadlines
and eyes of bills,
it gnaws on the sinews
of the overworked soul,
feasting on moments once serene,
now foul.
A heart that races
the marathon of minutes,
sweat beads scripting
sonnets on the brow,
a mind juggling thoughts,
a circus unbound,
sleep, a fugitive,
seldom found.
Breathe in the world,
exhale the weight,
find solace in the mundane,
the simple state,
laugh with abandon,
at time or fate,
in art, in love,
seek the escape gate.
Nature’s embrace,
a balm for the frayed,
words of a poem,
a soothing serenade,
the touch of a loved one,
a fortress made,
in the quest for peace,
let the stress fade.
Stress,
a silent thief
in the night,
Steals the colour’s
from our sight,
leaves the world
in shades of grey,
joy and passion,
Spirited away.
The toll it takes,
a heavy sum,
on body and soul,
it burdensome,
a weight that bends
the strongest back,
a crack that grows
with every lack.
Yet within us lies
the power to fight,
to reclaim our day,
to own our night,
to stand against
the tide of strain,
and in our hearts,
let calm remain.
For stress is but a signal,
clear,
a call to rest,
to hold what’s dear,
To balance life,
to seek reprieve,
To breathe, to heal,
to truly live.