La melancolía con aroma

Entonces, llega el café caliente a tu mesa
y con la cucharita vas revolviendo tus recuerdos;
el azúcar se disuelve y tus ojos se pierden
en una mañana cualquiera
-en la que tu madre bebía café caliente-.
La bebida se transforma
y pronto te ves vestido de huérfano
bebiendo a sorbos la melancolía con aroma.