Ensayo de Miguel Vera-Cifras

ARTE POÉTICA.

De regreso a casa, camino absorto mirando el suelo cuando de pronto me encuentro parado sobre un charco de sangre, en medio de la calle. Lo atravieso rápido, pero es largo, tanto que demoro en salir de ahí, por más que apuro el tranco. Inevitablemente, entonces, lo veo. Es el rastro de un perro diseminado sobre el pavimento. Ha sido arrollado y yace abierto y destapado como un libro al cual le arrancaron, sin asco ni contemplación alguna, sus más viscerales páginas. Allí, escupido sobre el tablero de la realidad, frente mí, lo recorro brevemente y leo en sus óleos el mensaje de un texto inmemorial. Es el mudo gemido de un can que humea, esparcido y abandonado, al costado de la vía. Allí estará hasta que el camión recolector municipal lo traslade al basural donde, confundido con el lodazal, proseguirá su camino. La violencia llegó hasta mí muy temprano, y no tuve que ser demasiado rudo para saber de sus ásperas enseñanzas y de su vértigo animal. Algo lo arrastró hasta allí, algo pedestre lo dejó como un mudo testamento de sangre para mí. ¿Qué podía yo hacer sino saltar sobre este delirante zaguán? A estrellones y atropellándose hoy, después de tantos años, lo veo otra vez desplegado en su inquietante bastidor, a pleno sol, tirado sobre esa arteria dura, dibujado con un brochazo de ganglios y coloreando / detenido inmóvil / en esta partitura que ahora me escucha, mira y ladra para decirme que debajo del olvido subyace como una mancha, una calle, una roncha o un aroma, el charco antiguo de la memoria.

EN VIAJE.

I

Miro el vaho de mi boca en la ventana. Dibujo en ella la figura de un relato. Es de noche y el tren adormece a mis padres, mientras yo y mis hermanos, sentados en el vagón, jugamos en la pizarra del paisaje, compitiendo por quien traza más y más figuras en el húmedo espacio de aquella transparencia. Me fascina ver cómo las palabras y geometrías se diluyen en la niebla del vidrio, cómo la pintura del agua se derrama en el sueño y al día siguiente, cuando despertamos, el enigma aún gotea en esa ventana.

II

Estaciones bosques noches pasan. Envejezco y el globo ocular es ahora una galaxia que estalla. La conquista de lo real ha abierto un inquietante boquerón en mi existencia. Orino en la herida que se derrumba. Los túneles ya no roncan ventilando los escombros / las oxidadas señaléticas del tiempo / las estacas / los versos / ya no caen a piso cuando la gravedad se desactiva y algunos se preguntan ¿a dónde huyó el camino?, ¿a dónde este mapa fue que, finalmente, resultó ser / el tesoro escondido / dentro de nosotros mismos?

III

Junto al vestido están los alfileres y moldes, los andamios del cuerpo y la memoria, el laberinto de las horas y la catedral de las palomas. Hoy la elegancia es una vasta pasarela para miles y miles de cuerpos que, cantando, se lanzan al vacío. El último grito de la moda es un virus que nos asfixia de miedo; un embudo que, finalmente, se tragó a sí mismo, llevándose consigo / las últimas figuras del torpe dibujo mío / El pincel de lo imposible / atravesando ahora los ojos de este niño que envejeció sin poder verse a sí mismo / como no fuera en el vaho sobre el vidrio (digital y sin arrugas, pues no se unge ahí ya de saliva el pulgar). Soy ahora el infanciano sin república / El aire, vendido en barras / el agua en polvo/ el fuego que ya no iremos a buscar.

Acerca del autor:

Miguel Vera-Cifras. Santiago 1961. Licenciado en Lengua y Literatura Hispánica en la Universidad de Chile. Magister en Musicología Latinoamericana en la Universidad Alberto Hurtado. Ha sido Director del Diplomado de Jazz en la Universidad Miguel de Cervantes (2009) y conducido el proyecto radial “Holojazz” por radio Universidad de Chile (102.5 FM) durante veinte años. Ha escrito artículos para revistas, ejercido curatorías y colaborado en publicaciones para la SCD. En 1981, co-editó en el ex Pedagógico, junto a Eugenio Dávalos, la revista de poesía Las Trompas de Falopio. Diez años después, en 1991, publicó un fragmento de su poema “El signo de Phares” en la antología Códices, editado por la red internacional del libro. A la fecha, gran parte de su trabajo literario permanece inédito.