A Giovanny Gómez, en su eternidad
Ven,
irrumpe en mis palabras como el aire,
en este agosto
de incrédulas colinas.
.
¿Cómo el limo agorero
vino tan prontamente
a segar la frescura de la parra
con su remo de niebla?
.
Fósiles
incinerados del crepúsculo
titilaban en lo alto, con gracia prodigiosa,
y se escuchó un vagido
pero los dioses estaban veraneando
y no encontraron querubines de turno
así que te mandaron comitivas
de alimañas feroces.
.
Tú,
que nunca te embarraste
con lealtades precarias
del parque abandonado en el que somos juguetes,
¿dónde fuiste a brillar?
.
Encendemos la luz: un alboroto
de moscas en mitad
de la casa se dispersa.
Así el recuerdo.
La endeble eternidad de la memoria.
.
Desde tu último viaje, cada noche
si interrogo al vacío,
con beatitud extraña, una presencia
se me acerca y susurra, dulcemente:
.
«compañera: respira»