En este parador perdido entre las sierras
no sucedió
ninguna hazaña digna de memoria:
ni un grito
ni una mancha
ni un beso
ni una caída.
.
Mujer, no te acostumbras
a que la vida esté sincronizada con la calma.
Los días se suceden plácidos, sin rumbo,
y sientes que podrías morir sin que lo adviertan.