De un tiempo para acá
los muertos en mi país están por todos lados
en los basureros, en las cunetas en los hospitales,
en los presidios, en el aire, en los sueños
en las montañas, en los arrabales,
flotan en los ríos, en los mares
como peces envenenados o ballenas suicidas.
Son como piedras
Se tropieza con ellos
estorban el paso
interrumpen el tráfico
estropean los planes, horarios.
están en el café, el agua, la comida
en los periódicos de lunes a sábado y los dominicales
se conversa con ellos, se habla de ellas
de velorio en velorio
de entierro en entierro
de lágrima en lágrima
caen por docenas como moscas en cachaza
sin contar con los que no aparecen ni en morgues o reportes policiales.
Los muertos en mi país
a veces no salen, se cansan,
juegan a las escondidas en bolsas de plástico,
cajas de cartón o están en trocitos regados por ahí
Y se les llora tanto y se les extraña tanto.
Los muertos en mi país
no mueren de viejos sino de impunidad y violencia
de balas de plomo y más plomo
bum bum bum de día y de noche
casquillos regados igual que los muertos.
retuerzo las manos, el mapa, cintas amarillas
chorrea la sangre, llueve sangre en mi país
Los muertos son tantos
no cabe su ausencia, no cabe su olor
los muertos son tantos
no cabe el miedo, no cabe el dolor.