No cruzo una mancha de krill con la boca cerrada
todo aliento en sí busca la mayor recompensa
aunque una pequeña a de dejarse a un lado
Mi corazón inmenso late en la inmensidad
no requiere ser visto
y el fluir de esta sangre puede ahogar a cualquiera
pues respiro en silencio y me deslizo
como el filo de un sable o una bala perdida
según sea el cristal con que se filma
Mi lengua pesa tanto como una manada
con la trompa en ataque y aún más rápida
mi ruta sin embargo sigue oculta y mi canto
lo escucha solamente quien comprende
este sonar a través de las mareas
Deben subir muy alto para observar mi vuelo.
Para el resto lanzo al aire una columna
admirada a lo lejos con ojo de turista
dispuesto a la sorpresa
No es un juego
recorrí los caminos evité la emboscada
aspiré muchos aires y bajé a lo profundo
para mostrarle a ustedes apenas un indicio
del navegar secreto.
(de “Poemas de Autoayuda”)