Hay veces en que soy
como ese animal que yace
a la orilla de la carretera
medio roído –ya– por las hormigas
volado en pedazos bajo un rastro de pólvora
lo ves ahí
bajo las ruedas del auto
sin intestinos una cáscara
incendiada
y no sabes
su nombre
qué especie de homínido o de lobo es
si tuvo tiempo de sentir miedo
ante la bala
que ni siquiera era para él
no te detienes a ver si respira
sigues de largo hacia la línea que divide este día
del otro por venir
cuando el último rayo de Sol
inunda el pelaje
Sí –me digo– aire tibio
orlas dulces del crepúsculo
¡Levántate!
y ocurre en silencio el milagro
de El cuerpo, el yo y la maternidad
Universidad Autónoma de Nuevo León, 2022