(Poema a Instalación presentada en las calles de Pucón,
8 de marzo, 2021 y en el Museo Ferroviario Pablo Neruda, agosto, 2021
Preparada por artistas textiles Sandra Queirolo,
María Teresa Faúndez y Elisa Maturana. Basado en el libro Vidas robadas)
Rescataron prendas que reutilizaron, sacaron ropa de los roperos o aquellas que vinieron de las tiendas de segunda mano
Las historias salieron de los túneles tenebrosos, crearon con ellas un nuevo espacio
Vistieron los cuerpos del silencio, deconstruyeron la moda, no crearon vitrinas para maniquíes ni para el bello sexo o el buen vestir
Le pusieron ropa apropiada a su género y edad a los cuerpos ausentes, presentaron sus existencias vacías
Escribieron nombres en cuadrados de telas y fechas en cada vestido
Cada vestido con acentos de cada mujer. Dibujaron sus mapas biográficos. Deshicieron madejas y deshilaron carretes, enhebraron agujas, tiñeron telas. Reconstruyeron vidas, viajando y viajando, una tras otra
Abrieron ventanas y entró la luz a borbotones sobre las hechuras, las cintas rojas metafóricas, las hebras que flotaron sobre las páginas textiles, goteando escenas de tristeza que no se evaporarán nunca más
Fueron mujeres entre telas, textiles de naufragios, escritos para ser leídos
Fueron conversaciones alrededor de la tacita de té o afuera del taller que se tornaron en crónicas o en poemas
Fueron estudiantes de poesía y lenguaje. Murmullos de tijeras y telas rajadas, moldes y retazos de colores. Manos inquietas y tibias. Su amor conoció biografías, cuentas, medidas, hilvanes que aran, huinchas de medir, flores, mares, lago, cordillera, caracoles y sabiduría. Sin alimento del alma, el espíritu no riega la tierra, pensaron
Fueron mujeres, pájaros de la memoria que cual alicias de las maravillas, desenrollaron madejas o carretes, cosiendo una auténtica humanidad con “aguja y hebra”.
(Agosto, 2021)