La sombra opaca, sublime.
Alguien golpea la puerta de mi corazón. No atiendo.
Nadie está lúcido a esta hora de la noche.
Abrí las ventanas, las cortinas, las alacenas
me abrí la panza
allí hubo fruto
me lo he comido
mi niño un día
perdió los pies.
Ahí detrás
yace un hombre
¿Nutrirse de los muertos a esta hora?
El que todo lo puede observa desde el techo, ¿Ves?
en esta casa
no aclara
Inédito