Estaba el maestro zazen meditando en el campo.
Sólo una vaca pastaba a unos cuantos metros de él.
“Om”, dijo el maestro. “Mu”, contestó el animal, alcanzando el nirvaca.
Lilian Elpick. “La respuesta”. Ojo travieso
Botoncito en el cuello
-modo zen- en on off,
que sube y baja
permanentemente y
sin autorización en las autopistas del día
hasta que me acuerdo de nuevo
de mi modo zen,
ese zumbido eléctrico del silencio
en grito mayor de la web;
caída libre en modo avión
sobre el pacífico directo a la isla friendship.
Botoncito de mi cuello,
hoy te me has enredado aromático en la bufanda;
he tropezado
a la hora del almuerzo de la esclava
con esa carretera
que sólo puedo sentir horizontal,
modo zen,
centrifugada en on.