Cuando camino por la aldea y me pregunto
por qué nos vinimos a vivir a un lugar tan solo.
Y es extraño que en un rato el viento te haga volar
y luego la soledad aterriza en tu casa.
Uno está en el mundo siempre
con los mismos temores de una ciudad
pero con la brisa del mar que vuela.
Y uno siempre va estar solo
cuando quiera verse a sí mismo convertido en sangre
y lo más parecido a la sangre es el mar.