Camino por un hospital antiguo y me contagio de agradecimiento
por estas personas en este piso y por estas salas detenidas en el tiempo.
Mi ojo está tapado, quieto y sin dolor.
Viajo con los artefactos por el tiempo e imagino a otros convalecientes,
moribundos y desesperados que pasaron por este hospital.
Miro los artefactos e imagino que soy un soldado herido en una batalla inexistente
donde puse mi ojo y mi corazón antes de ser fusilado por el enemigo.
Me imagino a mis compañeros en los otros boxes con similares achaques,
amigos baleados por el enemigo inexistente en esta batalla inexistente
y en esta guerra contra la muerte.