No tengo más lágrimas
No hay río en que quepan
Ni tiempo para ocultarlas
Ya fuimos,
Nos perdimos
Nos diluimos en
el remolino de los calendarios
Las prisas se llevaron
Los pequeños altares de flores
Las figuritas de cera de las velas
Perfumadas con malas intenciones
Los papelitos
En los que guardaba las razones
Más tiernas de lo nuestro
La rutina ensució todo
silenciosa
su hoja filosa hirió el borde
de las palabras
de los guiños
de la esquina de
las tibias almohadas compartidas
hizo girar la pasión
En el desagüe del tiempo
Fluye el hastío
y nosotros en él