Siento el fresco
En la espalda
Con un dedo te dibujo
Sin despertarte…
vos a mi lado
Abandonado en mi almohada
Bailaste anoche
reímos
hablaste hasta la saciedad
Te sentí
Fuerte, profundo
En la curva de mi oreja te insinuaste
Besé tus nudillos, tus yemas
Una por una
Y los liberé sobre mí
dulce verdugo persistente y perverso
¿Cuándo, cómo dormimos?
Seguro después de un beso de brisa
Sobre las espaldas húmedas
Después de sonreírnos y abrazarnos
al repunte del día
Sos mío
Para comerme tus ojos cerrados
olerte el cuello indefenso
La tierra flota alrededor de tus cejas
al ritmo de tu pecho
Te poseo
En este silencio
Como a un gigante dormido